Lo que se ilumina cuando uno se queda quieto

Por Mar Martínez

Hay semanas que no piden respuestas: piden pausa. No para detenerlo todo, sino para mirar desde otro lugar. Hay una diferencia entre frenar y quedarse quieto. Frenar es cortar. Quedarse quieto, en cambio, es escuchar lo que se mueve cuando uno deja de empujar.

Pensé en eso estos días. En cómo la vida, incluso cuando parece detenida, sigue reacomodándose por debajo. Como si hubiera un orden silencioso que trabaja cuando nosotros bajamos un cambio. No es espiritualidad barata ni positivismo; es observación. Hay cosas que sólo se revelan cuando dejamos de hablarles encima.

En esa quietud mínima —a veces una mañana gris, a veces el intervalo entre dos decisiones— aparece algo parecido a una claridad. No una iluminación mística, sino un gesto tenue, casi doméstico. Una certeza breve: esto, así, está bien.

No sé si es madurez, intuición o simple cansancio, pero esta semana aprendí a respetar ese instante. A no invadirlo. A dejar que exista. Porque, de todos los movimientos posibles, hay uno que casi nunca valoramos: el movimiento de la vida cuando uno no la interrumpe.

Ojalá esta semana encuentres un momento así.
Una pausa que no te frene, sino que te acomode.
Una quietud que no sea ausencia, sino un modo distinto de seguir.

Marc Martínez
NACOMA

CURADURÍA NACOMA SONORA

Artista: Sof Tot

(indie argentino – minimalista – íntima – estética NACOMA)

Por qué Sof Tot encaja con Estética NACOMA

quietud + introspección + claridad suave.

Sus canciones parecen grabadas desde una habitación real, donde la voz no pretende llegar lejos sino llegar justo. Todo es mínimo, pero con una tensión emocional exacta. La belleza aparece sin empujar.

Disco sugerido para empezar a conocer a esta artista:

“Antes de que el mundo existiera”

Un disco breve, honesto, sin artificios.
Canciones que suenan como si estuvieran pensando en voz baja.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio